Insípido mes

Sigiloso, de puntillas, casi sin haber notado su presencia, Enero ocupa ya su lugar en nuestro pasado. El mes de las promesas que NO vamos a cumplir, las dietas que NO vamos a seguir o los proyectos que jamás llevaremos a cabo, se ha despedido. Ése, el mismo que hace nada nos invitaba a desayunarnos la vida y a bebernos el café de cada mañana con renovadas ansias de oportunidad, ése ya nos ha dejado y apenas nos hemos dado cuenta. 

Un adiós insípido, fugaz, poco doloroso que nos hace testigos, una vez más, de que el primer mes del año es tan sólo una pequeña introducción a los 11 restantes, igual que el índice de todo buen manual o como el paseo por los alrededores del hotel de un turista impaciente recién llegado a una nueva ciudad, o puede que como el compañero de trabajo que te presenta a un conocido que se convertirá en tu futuro amigo. Asé es él y así pasea por ti.

Pasa -y pasea- rápido, haciendo todo lo que está a su alcance para separarnos de esa comodidad a la que estamos pegados. Nos advierte que los siguientes imitarán su ejemplo, es un intento desesperado para decirnos que no sólo él es suficiente para alcanzar todas nuestras aspiraciones, ni él ni el resto. 

Y sí, nuestro frío enero tiene razón: el tiempo no es más que nuestra actitud.



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Comentarios

  1. Verdad de verdades. Mes de promesas y de incumplimiento, mes para arrancar el nuevo año y también para archivar. Un bso.

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