Volver para quedarse
Quizás de una manera más metafórica que física pero he decidido volver. Volver a aquello con lo que me identificaba, con lo que me hacía gozar y me encendía hasta revivirme cuando agonizaba. Volver con las personas que me permiten ser quien verdaderamente soy, con el cigarro de por la mañana, el café doble sin azúcar, a las madrugadas de lectura, a escribir, o incluso, volver a observar esos aviones con lucecitas pasar por mi ventana, que aunque ahora su destino es diferente, el mío siguen siendo el mismo: volver a mí.
Nunca me fui, o mejor dicho, nunca lo dejé. Ha sido esa maldita comodidad disfrazada de rutina la que se coló en el medio de todo y me empujó a apartarlo de mí. Me hizo caer, y fue difícil levantarse y recuperar todo lo que se había quedado atrás, pero aquí estoy prometiéndome a mi misma que nunca más: que he vuelto para quedarme.
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