Dejando a un lado las excusas

Digamos que te permito elegir cómo llegar, pero salimos en dos días.

Una escapada fugaz al epicentro de todo. A ese lugar que nos hizo soñar y al que hoy echamos tanto de menos.
Te prometo sus calles, sus rincones invisibles a los ojos de todo transeúnte que no seamos ni tú ni yo, la magia de sus 'tabernitas' donde parece que nunca nada puede ir mal. Te haré recordar cómo de vivo te hace sentir el olor a tierra mojada mientras te dejas seducir paseando por el río o cómo de fría puede convertirse la noche cuando ya no hay una casa donde volver. 

La ciudad nos dejará su sol a modo de escolta, acompañándonos desde que salgamos a la calle hasta que decidamos regresar. Él siempre ahí.

 
   
      Sevilla 2014. Pilar AG
Y todo ello te prometo que nos brindará la oportunidad de revivir como universitarios esas 'cervecitas' a media tarde, mirándonos en el pasado con los ojos del futuro. ¡Qué diferentes son ahora los miedos! Comprenderemos por qué hemos abandonado algunos sueños, no por imposibles, sino para vivir más cercanos a la realidad. También veremos la madurez que nos despertó de ese mundo onírico, una madurez que ahora nos muestra todo aquello que hemos conseguido y que ni siquiera nos planteábamos en nuestra hoja de ruta. 
Celebraremos allí la maravillosa experiencia de reencontrarse a uno mismo a través de una ciudad o unos amigos a los que ya no ves tan a menudo pero que te siguen recordando quién eras, quién eres o hacia dónde vas. Porque todo eso da sentido a lo que fuimos o a lo que somos. La mezcla perfecta para curar la autoestima en sus momentos más bajos, una valiosa ayuda para volver a creer en nosotros mismos cuando las fuerzas flaquean.


No te demores demasiado porque te he propuesto el plan y el momento, dejemos las excusas fuera esta vez. Además, yo ya sé que has aprendido a viajar con equipaje de mano. En algún momento de estos años, nos dimos cuenta de que no es importante lo que te llevas, ni los 'outfits', ni los 'por si acaso hace frío'. Lo importante ahora es lo que te traes contigo a la vuelta y eso se traduce en experiencias, personas, lugares, en la belleza del paisaje, recuerdos... 

Y todo eso, querido amigo/a, no lo podrás nunca encajar en una maleta, por muy grande que sea ésta o muy bueno que seas tú empaquetando cosas.

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