Sinuoso

Después de recorrer el camino que me ha llevado a los rincones más dolorosos de alguna que otra etapa, creo que, debo adentrarme en los suburbios de un mundo coetáneo, esa realidad paralela de la que tanto suelo hablar. 
Es más, creo que ya lo he conseguido. Una vez más.
Antes que nada, es mi deber dejar claro que donde me encuentro en estos momentos no existen las reglas, no hay esquemas ni guiones, tampoco razonamientos absurdos ni travesías que tienen su punto final en una muerte de las que no matan. Los problemas carecen de noción y los miedos existen aún menos.
Es como un envase hermético que fue cerrado por alguien a traición. Pillándose los dedos.
Su capacidad se reduce a media fracción de la persona más insignificante, pero tú puedes pasar. Siempre fuiste excepción, sin confirmar ninguna regla pero excepción. Y una vez dentro, me consta que has estado ya, haces temblar toda superficie, todos los "nadas" y todos los "nuncas". 
Te recomiendo que no busques porque no encontrarás absolutamente nada, pero, a la vez te ruego que no dejes de buscar en este laberinto que nos vuelve dementes. 
Sólo desde este falso universo salgo a flote en un mar que tampoco existe. Normalmente me dejo llevar por la corriente y termino en el paraje inicial. Como si todas las vías existentes llevaran al mismo puerto.
Aquí el azul me lo inyectan en vena a través de un gotero, desde principio a fin. Permanente. 
En el ecuador te encontrarás un vacío de abrazos, besos y alguna que otra caricia. Sin embargo, el sur es toda mi felicidad mezclada con algo del pasado reciente, un lugar cálido y altamente recomendable para ir de vacaciones mentales. Ojo, no se acepta demasiado equipaje.

...

Sin quererlo, sin pensarlo. 
Lo he hecho.
He salido de esa espiral.
Al contrario de las demás: es sumamente fácil salir y demasiado difícil entrar



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