Instrucciones para salir uno de su casa.
Cuando estaba en preescolar me decían siempre que sería peor el colegio, en el colegio que sin duda sería peor el instituto, en el instituto lo peor era llegar a la universidad, en la universidad me dijeron que eso no era nada, que lo importante era la inserción laboral; después de la inserción laboral que peor es la vida, después de la vida está muy claro. Se han pasado la vida recomendándome el miedo. Aniquilar a todo aquél que nos trae la mala noticia de su experiencia para ser más digno, fusilar a todos aquéllos que decían por aquellos entonces: “anda qué va esa no era la cartulina que había que traer a clase”. De casa uno tiene siempre que salir llorado. Conocerme. ¿Re-conocerme? Intentar verme. ¿Verme? Analizar de mí lo que se ve. No-verme para reconocerme. Basta. No es más interesante siempre quien piensa en público lo que cada uno piensa tranquilamente en privado. Interesan las soluciones y su esquema. De la casa uno siempre tiene que salir pensado. Y lavado. María Eloy