Cuéntame como vives, cómo vas muriendo.

'Room in New York' de Edwar Hopper 1932
 Cuéntame cómo vives; 
dime sencillamente cómo pasan tus días, 
tus lentísimos odios, tus pólvoras alegres 
y las confusas olas que te llevan perdido 
en la cambiante espuma de un blancor imprevisto. 
  
  
Cuéntame cómo vives. 
Ven a mí, cara a cara; 
dime tus mentiras (las mías son peores), 
tus resentimientos (yo también los padezco), 
y ese estúpido orgullo (puedo comprenderte). 
Cuéntame cómo mueres. 


Nada tuyo es secreto: 
la náusea del vacío (o el placer, es lo mismo); 
la locura imprevista de algún instante vivo; 
la esperanza que ahonda tercamente el vacío. 


Cuéntame cómo mueres, 
cómo renuncias —sabio—, 
cómo —frívolo— brillas de puro fugitivo, 
cómo acabas en nada 
y me enseñas, es claro, a quedarme tranquilo.

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